En sus más de 18 años de carrera lleva editados dos discos “oficiales”, en los cuales les canta a las empanadas y al chorizo, a la tapita de gaseosa, a los pescadores, pero también se animó con un cover de Los Beatles como Let it be. Cultor de la filosofía de que “la vida es una sucesión de asados”, Palo Pandolfo –un amigo de Polvorón- definió su música diciendo: “Cuando canta no sabés qué carajo le pasa”.
El nuevo estrellato le llegó este año con la película Sueños de Polvorón –dirigida por Gabriel Alijo-, un documental, que fue presentado en distintos festivales de Latinoamérica y Europa, basado en sus desventuras como solista, acompañado por su inseparable representate Mariano Echenique. En 2007 también logró recibirse de abogado, por lo que venía peleando hace más de 15 años.
Aquí una entrevista donde este entrañable, indescifrable, exitoso en potencia y cada vez más reconocido Willy Polvorón nos cuenta sus historias.
- ¿Por qué Willy Polvorón?
-Bueno, Willy me lo pusieron los amigos del barrio. Y Polvorón por Polvorines. Como era en la antigüedad cuando los personajes y las personas que amaban a su tierra y emigraban se ponían como segundo apellido la ciudad de la que venían.
- ¿Pensás que tu música es humorística?
- Yo digo que es humorística porque la gente se caga de la risa.(carcajadas)
- En tu estilo de música se ven cosas cotidianas de manera graciosa, ¿cómo sale todo eso?
- Es música en consonancia con mis amigos, nos juntábamos y nos encerrábamos en mi pieza, empezamos a hacer canciones, yo tenía una base musical y le daba la forma. Después de hacer el CBC formamos un grupo de amigos conocidos y formamos una bandita precaria con la que después íbamos a grabar el primer CD de Willy Polvorón. Desde ahí siempre tuve a mi representante, amigo de la facultad, todo eso, cuando yo tenía 28 años.
- En el festival de cine independiente de Buenos Aires te describieron de esta manera: “Desde Los Polvorines, como un superhéroe desdibujado, Guillermo Solís se convierte en Willy Polvorón, cantautor y guitarrista lumpen (…). Oír para creer: este inquieto compositor del rock cartonero tiene el culto más reducido del universo a pesar de rotar por las FM masivas. Contra todo pronóstico, en perfecto dúo con su manager, Willy intenta infiltrarse en la alta sociedad del mundo de la música, llevando de contrabando un arsenal de canciones insólitas que van más allá de géneros y gustos. Sueños de Polvorón es, principalmente, el retrato de un manager que empuja a un músico, viviendo una terrenal comedia diaria, que pasa infaliblemente del tropezón a la caída, pero siempre manteniendo una dignidad y una entrega casi imposibles de entender”. ¿Vos te describís así?
- Este es un simple relato, pero hay mucho de cierto, casi todo. La esencia de cada uno es la actitud hacia la vida. Valorar todos los gestos de la mayor manera posible y prever todos los errores posibles para nunca tragarse un sapo. Todos somos autocríticos, y esta crítica cuando más sangrienta sea menos nociva será para el ser humano.
- ¿Qué tipo de música consideras que hacés: Rock Cartonero, Rock Humorístico?
- Música autóctona del conurbano bonaerense. Estas canciones son escritas con influencia de radio grabador y toca discos. En mi música lo que verdaderamente influye es el ámbito. Yo tuve influencias de Bob Marley, Sui Géneris, León Gieco y algunas cosas de Fito Páez. Alguna música clásica también. Pero cuando yo empleo mi forma de escribir –empieza a cantar en un volumen altísimo- “¿De dónde saqué esta tapita de gaseosa? Estoy haciendo memoria, y no lo puedo sabeeer”. Ahí no ves nada de Marley o de John Lennon. De hoy en día me gustan las cosas modernas: Los Palmeras, Talía, Natalia Oreiro y Juanes. Y ahora estoy con muchas ganas de hacer un cover del Himno Nacional. (canta la primera estrofa a los gritos)
- ¿Te das cuenta del éxito y toda la movida de Willy Polvoron? ¿Te gusta?
- Realmente… no. Porque yo siempre toqué para conservar el anonimato. Pero si eso ayuda a mostrar algo representativo, es el precio que tengo que pagar. No me siento ni bien ni mal, Willy Polvorón sabía que estas cosas iban a pasar y pasan…
- ¿Cómo te inspirás cuando haces estas canciones?
- Las historias de las canciones vienen de la vida real. La tapita de gaseosa es por que un amigo mió se encontró una tapita de gaseosa y se puso a pensar de dónde salió esa tapita. Y la canción de La bicicleta hace referencia a mi pueblo, en la heladería que se llama “Chichí”, con un amor de la secundaria.
La cumbia de la morcilla salió cantando, así nomás. Una vez lo llamé a Mariano, mi representante, y le dije que teníamos que hacer un asado para fin de año y él me dijo que recién estábamos en agosto y yo le dije que había que apurarse porque pasa un asado y otro, y otro y se termina el año. De ahí salió “La vida es una sucesión de asados”.
- ¿Pensás estudiar canto alguna vez?
- Tendría que hacer canto para mejorar mi voz, no como Mick Jagger que hace canto a los 80 años. Pero bajaría mi originalidad, y no lo quiero hacer.
Fernando Pojomovsky y Román Kremer
Regalo para La Baldoza
Willy se confiesa con ganas de hacer un tercer CD, para sumar a los ya editados “Pescado Alucinante” y “Tercer Cordón”. Una canción que podría llegar a incluir es “Noelia”, que escribió en 5 minutos en su oficina y que luego le obsequió a La baldoza floja y sus lectores:
Noelia
Un lindo dia de sol escribi
Una Canción
Inspirada En
tus Cabellos...
Enseguida salió la música, sola
Acompañada nada más
Con
la espontánea perplejidad
De quienes me escuchaban...
Y no lo podian
creer
Y todos me preguntaban
Quién era Noelia
Y yo les
contesté:
"Noelia es mi compañera..."
A La Baldoza Floja,
con todo mi cariño
Willy Polvorón
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