Cuando uno piensa en una huerta piensa en gente con jardineros felices recogiendo vegetales y frutas. Piensa en algo inocente, orgánico, algo que no causa ningún daño. Pero con la Huerta Orgázmika de Caballito, varios dirigentes no pensaron lo mismo. Entrevistamos a Gustavo Mingo Minián, un periodista de FM La Tribu que estuvo detenido después de que reprimieron a los que reclamaban contra el desalojo.
El lunes 18 de mayo, a las 4 de la madrugada, desalojaron de forma violenta e ilegal la Huerta Orgázmika de Caballito. El operativo no solo dejó a tres personas heridas por al accionar de la patota de la Unidad de Control de Espacio Público (UCEP), sino que una huerta hermosa quedó totalmente devastada. Tenía más de 7 años de trabajo a todo pulmón en diferentes experiencias ecológicas, gran variedad de plantas medicinales, varios árboles, muchísimas plantas comestibles, un invernadero y un horno de barro. Dos días después del desalojo, quienes llevaban adelante la huerta fueron en busca de una explicación del director del CGP 6, Marcelo Iambrich. Justamente con esa persona venían manteniendo un diálogo días atrás. Pero esta vez los chicos de la huerta encontraron por respuesta una represión por parte de la infantería y la policía de la comisaría 11. Una chica resultó herida, con seis puntos de sutura en la cabeza, luego de haber sido rodeada y golpeada por varios efectivos. Pero no terminó ahí: los manifestantes denuncian que, conociendo el vínculo de la huerta con el Centro Cultural La Sala, ubicado en Avellaneda 645, a más de 10 cuadras del CGP, y en menos de 15 minutos, 10 patrullas y tres carros de infantería irrumpieron en el centro cultural sin ninguna orden judicial, efectuando un violento allanamiento ilegal: destruyeron lo que encontraron a su paso, robaron pertenencias y la gente que se encontraba en el espacio quedó detenida, luego de ser golpeada brutalmente, entre ellos una chica embarazada. Este hecho dejo a varias personas con lesiones y a un chico internado durante más de dos días con lesiones en el riñón. Fueron detenidas 22 personas en la comisaría 11 y liberadas esa misma noche gracias a la presión de vecinos, organizaciones y medios de comunicación.
Luego de todo esto pudimos tener una entrevista con Gustavo “Mingo” Minián, un periodista de FM La Tribu que estuvo detenido. Él nos contó que en la década del 90 el terreno, antes de ser una huerta, era un basural. Recién a partir de 2001 se recuperó el terreno y comenzó la Huerta Orgázmika. “Dicen que la huerta estaba en un terreno ocupado –dice Mingo-. Yo prefiero decir recuperado, porque antes era un baldío”.
¿Qué te parecía la huerta?
Siempre me pareció un espacio original, un modo de sobrevivir en la ciudad. Una nueva forma de militancia, de ser rebeldes desde un lugar sano y puro.
¿Qué aprendiste participando de ese espacio?
Desde cómo separar la basura correctamente y cómo aprovecharla hasta cocina naturista. Además había talleres de yoga, música, danza, cine.
¿Por qué creés que la desalojaron?
Por varios factores, pero los medios de comunicación tuvieron un rol central, ya sea mediante notas que mentían diciendo que en la huerta había drogas, o mediante un silencio que hacía que el lugar no exista para la mayoría de la gente. Curiosamente, en la revista Horizonte (del barrio de Caballito) donde decían que en la huerta había drogas, también podías encontrar una publicidad enorme del proyecto inmobiliario que se planea en la zona. Eso da una pauta de para qué quieren los terrenos. Para el desalojo usaron cualquier excusa: justificaron el desalojo y la destrucción diciendo que era un posible foco de dengue. Una estupidez absoluta.
¿Te parece que todo lo que pasó deja algún aprendizaje?
Más tranquilos, podemos discutir a fondo qué queremos, cómo queremos habitar esta ciudad. Discutir cuál es el rol de los medios y a qué responden, qué nos interesa para nuestra vida, qué estamos comiendo y por qué.
El lunes 18 de mayo, a las 4 de la madrugada, desalojaron de forma violenta e ilegal la Huerta Orgázmika de Caballito. El operativo no solo dejó a tres personas heridas por al accionar de la patota de la Unidad de Control de Espacio Público (UCEP), sino que una huerta hermosa quedó totalmente devastada. Tenía más de 7 años de trabajo a todo pulmón en diferentes experiencias ecológicas, gran variedad de plantas medicinales, varios árboles, muchísimas plantas comestibles, un invernadero y un horno de barro. Dos días después del desalojo, quienes llevaban adelante la huerta fueron en busca de una explicación del director del CGP 6, Marcelo Iambrich. Justamente con esa persona venían manteniendo un diálogo días atrás. Pero esta vez los chicos de la huerta encontraron por respuesta una represión por parte de la infantería y la policía de la comisaría 11. Una chica resultó herida, con seis puntos de sutura en la cabeza, luego de haber sido rodeada y golpeada por varios efectivos. Pero no terminó ahí: los manifestantes denuncian que, conociendo el vínculo de la huerta con el Centro Cultural La Sala, ubicado en Avellaneda 645, a más de 10 cuadras del CGP, y en menos de 15 minutos, 10 patrullas y tres carros de infantería irrumpieron en el centro cultural sin ninguna orden judicial, efectuando un violento allanamiento ilegal: destruyeron lo que encontraron a su paso, robaron pertenencias y la gente que se encontraba en el espacio quedó detenida, luego de ser golpeada brutalmente, entre ellos una chica embarazada. Este hecho dejo a varias personas con lesiones y a un chico internado durante más de dos días con lesiones en el riñón. Fueron detenidas 22 personas en la comisaría 11 y liberadas esa misma noche gracias a la presión de vecinos, organizaciones y medios de comunicación.
Luego de todo esto pudimos tener una entrevista con Gustavo “Mingo” Minián, un periodista de FM La Tribu que estuvo detenido. Él nos contó que en la década del 90 el terreno, antes de ser una huerta, era un basural. Recién a partir de 2001 se recuperó el terreno y comenzó la Huerta Orgázmika. “Dicen que la huerta estaba en un terreno ocupado –dice Mingo-. Yo prefiero decir recuperado, porque antes era un baldío”.
¿Qué te parecía la huerta?
Siempre me pareció un espacio original, un modo de sobrevivir en la ciudad. Una nueva forma de militancia, de ser rebeldes desde un lugar sano y puro.
¿Qué aprendiste participando de ese espacio?
Desde cómo separar la basura correctamente y cómo aprovecharla hasta cocina naturista. Además había talleres de yoga, música, danza, cine.
¿Por qué creés que la desalojaron?
Por varios factores, pero los medios de comunicación tuvieron un rol central, ya sea mediante notas que mentían diciendo que en la huerta había drogas, o mediante un silencio que hacía que el lugar no exista para la mayoría de la gente. Curiosamente, en la revista Horizonte (del barrio de Caballito) donde decían que en la huerta había drogas, también podías encontrar una publicidad enorme del proyecto inmobiliario que se planea en la zona. Eso da una pauta de para qué quieren los terrenos. Para el desalojo usaron cualquier excusa: justificaron el desalojo y la destrucción diciendo que era un posible foco de dengue. Una estupidez absoluta.
¿Te parece que todo lo que pasó deja algún aprendizaje?
Más tranquilos, podemos discutir a fondo qué queremos, cómo queremos habitar esta ciudad. Discutir cuál es el rol de los medios y a qué responden, qué nos interesa para nuestra vida, qué estamos comiendo y por qué.
Más información: orgazmika.blogspot.com
Federico Brasburg
Federico Brasburg
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